Santo Niño Portal es un lugar de oración y meditación.
Situado junto a la Capilla del Santo Niño de Atocha,
las imágenes religiosas recuerdan la infancia de Jesús
y la espiritualidad de la humildad y la sencillez: Zacarías
e Isabel, san Francisco de Asís, Santa Teresita del Niño Jesús,
los reyes magos Melchor, Gaspar y Baltasar.
WHAT ARE THE POSADAS?
A little history
To understand the origin of the "Posadas", we have to go back to the times when the Spaniards arrived in Mexico and discovered the customs and traditions of the Aztecs.
The Aztecs believed that during the winter solstice, the old sun -Quetzalcoatl- came down to visit them. Forty days before the party, they dressed a slave as if he were Quetzalcoatl. The slave sang and danced to be recognized as the god Quetzalcoatl and the women and children offered him gifts. Nine days before the final party, two elders, representing the Aztec temple, humbled themselves before him and said: "Sir, you will know that nine days from now you will finish this work of dancing and singing because then you must die" . The slave had to answer: "Let it be in very good time".
On the day of the party, at midnight, after having honored the slave with music and incense as if he were god, his heart was removed and offered to the moon. That night and the following day, sacred rites and dances were celebrated in the Aztec temples, representing the arrival of Quetzalcoatl, in which offerings were offered and human sacrifices.
The Aztec people also celebrated the festivities in honor of Huitzilopochtli from December 6 to 26. Flags were placed on the fruit trees. The Aztecs met in the courtyards of the temples around bonfires to await the arrival of the winter solstice. On December 24th at night and the next day, there was a house party. Food was shared and small statues called "tzoatl".
The Spanish missionaries who came to Mexico in the late sixteenth century took advantage of all these religious customs to give the Aztec festivals a Christian meaning that would serve as preparation to receive Jesus on Christmas Day. In 1587, the superior of the convent of San Agus-tin de Acolman, Fray Diego de Soria, obtained permission from Pope Sixtus V to celebrate masses called "de aguinaldos" from the 16th to the 24th of December. In these masses were depicted Christmas scenes. To make them more attractive they used sparklers, rockets, Christmas carols and, later, the "piñata" was added; there-fore, it was in San Agustin de Acolman where Posadas began to be celebrated.
The missionaries summoned the people in the courtyard of churches and convents to pray a novena that began with the mysteries of the Rosary, accompanied by songs and Gospel representations about the coming of the child Jesus and the pilgrimage of Joseph and Mary of Nazareth to Bethlehem to register.
The Posadas lasted nine days prior to the celebra-tion of the birth of the Son of God, symbolizing the nine months of Mary's waiting. At the end of the Posadas, the friars distributed to the assis-tants fruit and sweets as a sign of the graces that would receive those who accepted Jesus as their Lord and Savior.
How are the inns celebrated today?
With time, the Posadas began to be celebrated in the neighborhoods and in the family houses, becoming even more popular. Las Posadas begins with the recitation of the Rosary, which is followed by the songs of those who ask for a place to rest and those who offer it. The attendees who ask for posada are grouped outside the house or church, along with two children who identify themselves as Mary and Joseph or who carry pictures of Mary and Joseph, the pilgrims going to Bethlehem.
At the end of the song, the group that asks for "posada" enters the house or the church. The pilgrims are welcomed by the group that is inside. The celebration continues with a mass and with the singing of carols; finally, a meal is shared and the piñatas are broken and the "aguinaldos" are distributed.
¿QUÉ SON LAS POSADAS?
Un poco de historia
Para comprender el origen de las Posadas tenemos que remontarnos a los tiempos en que los españoles llegaron a México y descubrieron las costumbres y las tradiciones de los aztecas.
Los aztecas creían que durante el solsticio de invierno, el sol viejo —Quetzalcóatl— bajaba a visitarlos. Cuarenta días antes de la fiesta, vestían a un esclavo como si fuera el dios Quetzalcóatl. El esclavo cantaba y bailaba para ser reconocido como el dios Quetzalcóatl y las mujeres y los niños le ofrecían regalos. Nueve días antes de la fiesta final, dos ancianos, en representación del templo azteca, se postraban ante él y le decían: "Señor, sabrás que de aquí a nueve días se te acabará este trabajo de bailar y cantar porque entonces has de morir". Él esclavo debía responder: "Que sea muy en hora buena".
El día de la fiesta, a media noche, después de haber honrado al esclavo con música e incienso como si de un dios se tratara, los sacrificadores le sacaban el corazón para ofrecérselo a la luna. Esa noche y al día siguiente, en los templos aztecas se celebraban ritos y bailes sagrados, representando la llegada de Quetzalcóatl, en los que se le ofrecían ofrendas y sacrificios humanos.
Los aztecas también adoraban a Huitzilopochtli del 6 al 26 de diciembre. Se adornaban los árboles frutales con banderas y en el patio del templo ardían fogatas para esperar la llegada del solsticio de invierno. El 24 de diciembre por la noche y, al día siguiente, había fiesta en las casas. Se compartía la comida y unas estatuas pequeñas de pasta llamadas "tzoatl".
Los misioneros españoles que llegaron a México a finales del siglo XVI aprovecharon estas costumbres religiosas para dar a las fiestas aztecas un sentido cristiano que serviría como prepara-ción para recibir a Jesús el día de Navidad. En 1587, el superior del convento de San Agustín de Acolmán, Fray Diego de Soria, obtuvo permiso del papa Sixto V para que en Nueva España se celebraran unas misas llamadas "de aguinaldos" del 16 al 24 de diciembre. En estas misas se represen-taban escenas de Navidad. Para hacerlas más atractivas utilizaron luces de bengala, cohetes, villancicos y, más tarde, se añadió la piñata; por tanto, fue en San Agustín de Acolmán, donde comenzaron a celebrarse las Posadas.
Los misioneros convocaban al pueblo en el atrio de las iglesias y los conventos para rezar una no-vena que se iniciaba con los misterios del Rosario, acompañada de cantos y representaciones del Evangelio sobre la venida del niño Jesús y la peregrinación de José y María de Nazaret a Belén para empadronarse.
Las posadas duraban nueve días previos a la cele-bración del nacimiento del Hijo de Dios, simboli-zando los nueve meses de espera de María. Al terminar la posada, los frailes repartían a los asistentes fruta y dulces como señal de las gra-cias que recibirían quienes aceptaban a Jesús como su Señor y Salvador.
¿Cómo se celebran hoy las posadas?
Con el tiempo, las posadas comenzaron a celebrarse en los barrios y en las casas familiares, haciéndose aún más populares. Las Posadas comienzan con el rezo del Rosario al que sigue el canto de quienes piden posada y de quienes la ofrecen. Los asistentes que piden posada se agrupan en el exterior de la casa o iglesia en donde se celebra la posada, junto a dos niños que se identifican como María y José o que llevan unas imágenes de María y José, los peregrinos que van a Belén.
Al finalizar el canto, el grupo que pide posada entra la casa o en la iglesia. Los peregrinos reciben acogida por parte del grupo que está en el interior. La celebración continua con una misa y/o con el canto de villancicos; finalmente, se comparte una comida y/o se rompen las piñatas y se distribuyen los "aguinaldos".